lunes, 8 de diciembre de 2014

Las buenas personas existen... están a tu alrededor, mira... te puedes llevar una agradable sorpresa...

   La vida me sigue sorprendiendo y yo me sigo sintiendo afortunada... por existir, por vivir, por estar...
   Lo cierto es que cuando supe que volvíamos a Granada nunca imagine cuantas maravillosas sorpresas nos esperaban en este viaje y están siendo tantas, que a veces puede llegar a ser abrumador, amorosa y dulcemente abrumador,,,
Están apareciendo personas en nuestras vidas y situaciones que necesito compartir porque el amor que me hacen sentir es tan grande que no creo que sea justo que sea solo para mí, que es mejor compartirlo, por eso este pequeño post de hoy, por el amor, las personas, los reencuentros, pero sobre todo, todo... por la vida.





Granada está más hermosa si cabe en estos días, al igual que muchas de las provincias de nuestro país y de otros muchos... Las calles rebosan de personas sonrientes, paseando bajo las luces de Navidad, escaparates maravillosos que invitan a pararse y disfrutar de la vista y cómo no... De personas desconocidas que te hacen sentir que el mundo sigue girando, que los sueños son posibles y que se puede disfrutar de unas pinturas realizadas con amor o del sonido de un saxo en medio de la calle, todo suena a magia...palpable en el aire, en la vida misma...

¿Sabéis? Es la primera vez que estoy tanto tiempo en un hotel, es pequeñito, imaginaos, al venir de trabajo, no podía ser de otra manera, pero son tan especiales que nos hacen sentir como en casa,,. no dejan de preocuparse por nuestro bienestar desde el director, que cada día pasa un ratito con nosotros y charlamos de mil cosas distintas, hasta las recepcionistas, los camareros o las camareras de piso... Son personas dulces, cariñosas y con mucho amor, esto me hace volver a sentir que no importa el número de estrellas, importa la calidad de personas que se encuentre detrás de cada una de ellas y aquí... aquí hay muchas... Mil gracias a todos de parte de los dos, gracias por invitarnos a la cena de Navidad en su casa si aun estuviésemos aquí, gracias por ese segundo café de la mañana mientras tecleo sobre mi tablet sin tener que pedirlo, y sobre todo gracias a Tamara, una niña dulce y maravillosa que me sorprende cada mañana con una brillante sonrisa y me hace pensar en los reencuentros increíbles que tiene la vida...

Con Amor Infinito Siempre.... Amparo Servián.