He pensado mucho en ello estos días porque he tenido que acompañar a varias amigas a despedirse de los suyos, acompañando un poco su dolor, ese dolor real que nace del corazón cuando ves que se van y no sabes cuando los volverás a encontrar, dolor de recuerdos, de alegrías y tristezas compartidas, de toda una vida... Esto es real, es la pena de la despedida, sin saber... hasta cuando...
Yo, por esas Gracias que te concede la vida, aun puedo disfrutar de los dos, hablo prácticamente cada día con ellos, procurando pasar los fines de semana que puedo, intentado que sean muchos a su lado.. Sin preocuparme de si estoy de acuerdo o no con lo que hacen, si me parece adecuado esto o aquello, simplemente... Respetando y disfrutando de su compañía y recordando sus manos...
Sus manos siempre han estado llenas, no solo para mí, pero para mí siempre han estado pletóricas sobre todo de AMOR de ese que solo los padres saben dar... Amén de otras cosas, por ejemplo, sé que siempre voy a recordar cuando me trae las cosas que saben que me gustan del campo, mostrándomelas con orgullo diciéndome: "Mira hija que bonito, lo he traído así porque se que te gusta" ...
Mis ojos brillan cuando lo ve, porque puede ser fruta, como veis abajo, o con conchas recogidas de la playa, o flores del camino... Siempre están llenas...
Todo esto me ha echo pensar que me apetecía hacer este pequeño homenaje desde aquí a tantos y tantos padres que siempre han tenido y siguen teniendo las manos llenas para sus hijos, aunque en especial, permitidme que sea para el... Te quiero papa, mil GRACIAS infinitas por tanto dado, ofrecido, cuidado y amado... No me cansaré jamás de decirte que te quiero, que sin ti mi miedo a la vida hubiese sido más profundo y que no hubiese sabido el significado de la palabra "desprendida" sin tu ejemplo, sin tu "todo el mundo es bueno" y sin tu: "Mira hija que bonitos están las habitas del corral..."
Te quiero siempre, siempre, esperando que esto te ayude,si lo estas leyendo a "recordarte" con amor, si es tu caso, que no estarán siempre ahí y que si hoy olvidaste de decirle que lo quieres, cojas el teléfono, o asómate a su habitación, o coge el coche y abrázalo con toda tu fuerza y dile que siempre sentirás en tu alma lo aprendido desde su corazón...
Con AMOR Infinito siempre a los padres, a los que están y a los que no... Tu hija, Amparín.
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